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Foto del escritorJavier Faiwusiewiez

Otra Generación de Empresarios


Mucho se escribe, tanto en los libros como en los medios, sobre el emprendedor. Y si, no es para menos. Cuándo parece que todo esta inventado, siempre surge una idea nueva.

Los “millenials” han nacido con la tecnología en sus casas, y encuentran oportunidades de negocios entendiendo los nuevos gustos de su generación. Comprar productos orgánicos desde mi casa, pedir comida con el celular y comparar precios de vuelos con una sola búsqueda en internet son probados casos de éxitos llevado adelante por jóvenes emprendedores.

Esta proliferación de microempresas esta, en parte, vinculada a esta idea de “independizarse”, de carecer de jefes y de una mayor flexibilidad laboral.

Para ser claro, ¡me parece genial! Yo apoyo estas iniciativas no solo a nivel intelectual, sino que consumo muchas de ellas. Lo que tengo para decir es otra cosa.

Estamos acostumbrados a que los medios hablen despectivamente, o al menos de manera no-positiva (como dijo el ex vicepresidente) del “empresario argentino”.

Para empezar, los medios no están del todo equivocados. Si bien en las reiteradas crisis económicas de los últimos 90 años han existido factores externos y gubernamentales, acuerdo en que en algunas de estas crisis, el “empresario argentino” la profundizó o, al menos, no colaboró en alcanzar mejores soluciones.

El “empresario argentino” también esta cambiando

Durante años, este estereotipo estaba centrado en personas vinculadas a la oligarquía gobernante: ellos no son las Pymes. Hablemos del empresario argentino que representa a la mayoría en cantidad y no en facturación: el “empresario argentino PyME”.

De acuerdo a los datos del Ministerio de Producción, las Pymes representan el 98% de las empresas en Argentina y emplean a más de cuatro millones de personas, cerca del 70% del empleo privado.

Las Pymes estuvieron, algunas de ellas están, dirigidas durante años por dueños no profesionales, que dirigían la empresa con la experiencia “de la calle”. Claro, muchas veces esto generaba la falta de inversión, de sensibilidad social y de profesionalización. Esto está cambiando.

Emprendedor Vs. "Hijo de la empresa"

En los último diez o quince años, los “hijos de la empresa” (como yo llamo a la segunda generación de empresarios) empezaron a ganar terreno en las Pymes familiares. Muchos de ellos no pudieron torcer el rumbo y fueron casos fallidos. Pero muchos de ellos las convirtieron en grandes empresas, contrataron más personal, invirtieron en nueva tecnología o se abrieron a nuevos mercados.

La capacitación o la preparación para asumir un rol de liderazgo en una pequeña empresa no es fácil de conseguir. No existen carreras universitarias de grado que se concentren en la administración de PyMES (¿no es increíble? ¡Son el 98% de las empresas Argentinas!). Tampoco existen programas gubernamentales apuntados a este segmento.

Comprometer al “hijo de la empresa” debiera ser un interés del Estado. En definitiva, es una forma de formar al nuevo “empresario argentino” que es un socio estratégico en la búsqueda de alcanzar un círculo virtuoso de la economía.

La Ley de Pymes aprobada no es suficiente. Más allá del crédito a las PyMES para que puedan crecer, también es importante generar lazos, entre las mismas empresas (los nuevos “empresarios argentinos”) y entre las empresas y el gobierno.


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