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Foto del escritorJavier Faiwusiewiez

El arte de trascender



Jaume Plensa, es un reconocido escultor español, célebre por sus imponentes figuras humanas formadas a partir de letras, palabras y símbolos, una mezcla de materiales y vacíos que captura la complejidad de la identidad y la conexión humana. Sus esculturas, aunque aparentemente fragmentadas, logran una unidad armónica, unificando elementos individuales en una figura cohesiva que representa la esencia de lo humano. Su obra se convierte en una metáfora de la conexión y la continuidad entre lo personal y lo colectivo.



Las empresas familiares también representan una estructura de conexiones profundas, donde los valores y la identidad de la familia se entrelazan en cada aspecto de la organización. De generación en generación, las empresas familiares llevan consigo un legado que trasciende el negocio para convertirse en una expresión de los valores, la historia y la visión familiar. La continuidad generacional en una empresa familiar es tanto un desafío como una fortaleza y requiere un equilibrio entre honrar el pasado y abrirse a las nuevas ideas y cambios necesarios para su continuidad.


Así como las esculturas de Plensa integran letras y símbolos que, juntos, componen una figura humana completa, las empresas familiares encuentran su fortaleza en la suma de sus miembros, de sus valores y de su visión compartida. Cada generación aporta un fragmento único, como una letra en las figuras de Plensa, que se entrelaza para formar una estructura coherente y sólida. El legado del fundador es solo el inicio de una historia compartida, donde cada miembro contribuye al “alma” de la empresa, haciendo que esta crezca y se transforme sin perder su esencia.
 A través del reconocimiento recíproco, las nuevas generaciones agradecen y valoran a los fundadores, y estos consideran que las nuevas generaciones tienen innovación para aportar. 


El proceso de traspaso generacional en las empresas familiares, como en las obras de Plensa, es una construcción donde el diálogo entre generaciones es fundamental. Las letras en las esculturas de Plensa simbolizan este diálogo, una conexión entre lo pasado y lo futuro, y reflejan cómo cada generación aporta una perspectiva propia mientras se nutre de las anteriores. Este diálogo permite que la empresa siga siendo un “organismo vivo” que adapta su identidad a las nuevas realidades sin perder su espíritu inicial.


Las empresas familiares logran trascender en el tiempo cuando sus miembros, como las letras en las esculturas, se unen en un propósito común. Este sentido de pertenencia y compromiso genera un vínculo duradero que va más allá del negocio, creando un legado que, como el arte, mantiene viva la esencia de quienes lo construyeron y continúa evolucionando con las próximas generaciones.

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