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  • Foto del escritorJavier Faiwusiewiez

Sun Tzu, las crisis y tu PyME

Sun Tzu fue un estratega militar chino que vivió en el Siglo VI antes de la era común. Es conocido en occidente por su famoso tratado militar "El arte de la guerra" que hace años se enseña, también,  en el ámbito de las ciencias empresariales y económicas.

Traigo de este libro una, de sus cientos, de frases célebres:

"Si envías refuerzos a todas partes, serás débil en todas partes."

La crisis, el enemigo

Cuando una empresa se enfrenta a una crisis podríamos decir que comienza una batalla. La tarea del empresario PyME es convertirse en un buen comandante, desarrollar una estrategia y entender que con cada decisión que se adopta se acerca a la victoria o a la derrota.

La victoria es superar la crisis y puede significar volver a ganar dinero, mantener a todo el plantel, conservar todos los activos de la empresa, salvaguardar el patrimonio familiar y no mezclarlos con el patrimonio de la empresa, o a veces, simplemente significa la continuidad de la empresa aunque sea diezmada. 

En contraposición, se siente la derrota al tener que reducir personal, vender activos estratégicos de la empresa (inmueble, maquinarias, marcas, o una unidad de negocios completa), hacer un desembolso del patrimonio familiar en la empresa (muchas veces irrecuperable) o el doloroso cierre y liquidación de la estructura empresaria. 


Hoy estamos frente a una crisis económica, generada por la pandemia del Covid-19, y cada empresario y empresaria PyME está tomando decisiones estratégicas que tendrán efectos inmediatos y futuros en esta batalla. No quiero dejar de recordar que no tomar ninguna decisión, también es una postura ante el embate del enemigo.


Muchos frentes, muchas debilidades

Como abordé en un artículo anterior, todos los empresarios sabemos que existe un riesgo en nuestros negocios: la ausencia del riesgo significaría, también, la ausencia del negocio.

Esto último, ligado a la experiencia particular de nuestro país, significa que asumimos que nuestra compañía tendrá tiempos de bonanza y tiempo de vacas flacas. En los buenos tiempos hacemos las inversiones y logramos el ahorro que nos permite transitar los tiempos de ajuste con mayor facilidad.

El mayor problema, como dice Sun Tzu, es la acumulación de frentes de batalla.

Si teníamos un problema financiero anterior, la nueva crisis puede empujarnos hacia la cuerda floja. 

Y si nos encontrábamos de cara a un desacuerdo familiar en el seno de nuestra empresa, es posible que debilite el liderazgo de la crisis económica. Algunos desencuentros familiares están latentes y terminan por manifestarse en tiempos de ajustes. Por experiencia, puedo afirmar que conflicto que se dilata, conflicto que se acrecienta.


Nancy Koehn del Harvard Business School sostiene, en una reciente investigación, que los líderes se forjan en las crisis. En tiempos críticos, un liderazgo fuerte se necesita para evaluar las alternativas con que se cuentan para superar la embestida y, al mismo tiempo, transmitir un mensaje motivador y lograr un acercamiento con el equipo.

Sumo a esta ecuación que la crisis sanitaria actual trajo un nuevo desafío: la virtualidad y el trabajo remoto. No todas las PyMEs estaban preparadas para trabajar desde la casa. Y la conducción de las empresas se enfrentó a la brecha generacional que supone utilizar las herramientas tecnológicas. 


Sobre la concordia

Entiendo que, a veces, el humo que emana el incendio nubla la vista. Pero la mejor manera de enfrentar un incendio, una batalla es formando una unidad. En las familias, los miembros son heterogéneos. Y esta característica puede convertirse en un valor: la familia empresaria debe construir acuerdos que los homogeneicen como colectivo, lo cual les permitirá aprovechar la diversidad que la conforma.

Es un momento ideal para buscar este consenso y evitar que la discordia acreciente la crisis.

La conversación es el único vehículo para lograr el acuerdo familiar.

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