La Teoría General de los Sistemas, postulada por el biólogo Ludwig von Bertalanffy, conceptualiza al organismo como un sistema abierto, en constante intercambio con otros sistemas circundantes por medio de complejas interacciones.
Cuando nos detenemos en las Empresas Familiares nos encontramos con dos sistemas: el sistema empresa y el sistema familia. Y descubrimos que todo cambio en uno de estos sistemas puede repercutir en el otro, principalmente porque las personas que los integran son las mismas.
Las motivaciones que encontramos en uno y otro sistema son diferentes. En la familia, las decisiones se toman basadas en al amor, en el afecto. Como dice Erich Fromm en El Arte de Amar «…me aman por lo que soy, o quizá mas exactamente, me aman porque soy. (…) No tengo que hacer nada para que me quieran (…) Todo lo que necesito es ser – ser su hijo –».
El afecto que reúne a hermanos y hermanas, a padres y madres con hijos e hijas, e incluso tíos y tías con sobrinos y sobrinas se basa simplemente en el vínculo mismo, el compartir un pasado común, un devenir histórico. De la familia se espera solidaridad, colaboración desinteresada y un refugio ante una dificultad.
La empresa es una organización en la que interviene el capital y el trabajo con fines lucrativos. La motivación es generar una ganancia, un beneficio económico. En la empresa no alcanza con quien sos, sino cuáles son tus logros. En este sistema se persigue el cumplimiento de normas y procedimientos, se elaboran sistemas de información para tomar decisiones racionales, se celebran los resultados y se premia el cumplimiento de objetivos.
Freud argumenta que «son precisamente diferencias menores entre personas afines las que forman la base de sentimientos de hostilidad entre ellas». Llamó a este fenómeno narcisismo de las pequeñas diferencias. Se ha sugerido que la angustia es narcisista por naturaleza porque es como si nos estuviéramos mirando a nosotros mismos en un espejo. De esta manera, el narcisismo de las pequeñas diferencias de Freud ofrece a los grupos de oposición una pauta para la introspección constructiva.
Esas diferencias menores entre las personas puede administrarse solamente si descubren un espacio para expresarse, sino se convertirán en enormes diferencias. Es posible construir una Empresa Familiar en donde se encuentren en forma armónica ambos sistemas, cada uno con su lógica de funcionamiento. El intercambio, el diálogo y la escucha son las bases sobre las cuales se cimienta el éxito de estas empresas.
Afecto e intelecto no son dicotómicas dentro de una Empresa Familiar. Debe encontrarse un espacio diferenciado para actuar como familia, como socios, como compañeros de trabajo, como jefe y subordinado. Preservá el afecto y el lucro a través de acuerdos familiares enfrentando las conversaciones difíciles.
Hacelo a tiempo, para resguardar la empresa y proteger a la familia.
Comments