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Foto del escritorJavier Faiwusiewiez

Ricky Fort, el Principe Harry y las familias empresarias

Ricardo Fort fue el nieto de Felipe, el fundador de Felfort, una marca argentina con muchísima historia. La empresa fue fundada en 1912 y actualmente es dirigida por la tercera generación y empezando a integrar a la cuarta. Ricardo trabajó varios años en la empresa familiar. Aparentemente el tuvo la visión de traer las barras de cereal a nuestro mercado argentino. Sin embargo, el siempre sintió que no era escuchado, y si bien intento hacer varios cambios, con la muerte de su padre decidió abandonar la gestión empresarial y dedicarse a la pasión que, hasta el momento, mantenía oculta: ser un artista.

Harry también es el nieto, pero de la Reina. Su familia no maneja una empresa, pero si lideran un país. Junto a su mujer, decidieron que querían alejarse de sus deberes reales y ser “financieramente independientes”. Lo único que está claro, es que no es tan sencillo. Para la mayoría de las personas entre 35 y 40 años cambiar de trabajo no es un problema mayor. Para los miembros de una empresa familiar, abandonar la empresa puede implicar una difícil decisión. Deben ser muy cuidadosos en la comunicación y en la elección de su nuevo trabajo: pueden poner en peligro relaciones familiares y a la vez pueden perjudicar el negocio familiar.

¿Por qué un miembro de la familia decide abandonar la Empresa Familiar? Pueden ser muchos lo motivos. Uno de los más usuales es sentir que no participa en las decisiones, que su opinión no es tenida en cuenta o que no contribuye realmente al funcionamiento del negocio. En otros casos, les prometieron un lugar que nunca les dieron, o los incorporan en el negocio sin asignarles tareas o responsabilidades. Algunos se frustran al darse cuenta que nunca serán los gerentes (o los reyes, claro), o al darse cuenta que en este negocio no encuentran su pasión. Los más ansiosos se cansan de esperar, porque el líder actual de la empresa no quiere dejar su puesto, incluso cuando ya no esta en condiciones de hacer su trabajo con toda la lucidez esperable.

¿Alguna vez le preguntaste a tu hijo cuál es su aspiración? ¿Alguna vez te animaste a contarle a tu papá qué te apasiona de la empresa familiar?

¿Me quedo o me voy? No importa que decisión se tome. Lo importante es evaluar cuidadosamente que es lo que se desea, entendiendo cuales son las aspiraciones personales, la visión de futuro, la verdadera pasión. Y una vez tomada la decisión, acompañarla de una comunicación adecuada, tanto para el interior de la familia como para el equipo, los clientes y proveedores de la empresa.

Durante el proceso de construcción del Protocolo Familiar se suelen incluir cláusulas para ordenar las salidas de los familiares de la compañía. Recordatorio Dejar la empresa implica no trabajar más en la misma pero no significa necesariamente dejar de ser accionista. Es muy importante ser un accionista responsable y aprender a ser socio de tus padres, hermanos, tios, primos y sobrinos.

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